¿Qué podemos decir de estos colores que cada vez se ponen más de moda en combinación? Sabemos ya que el amarillo es un color luminoso, alegre y cálido. Sin embargo, ha sido dejado de lado mucho tiempo, utilizado sólo como complemento, ignorando su capacidad de mejorar cualquier espacio, ya que puede dar sensación de amplitud y luminosidad, siendo ideal para todos los estilos de decoración. No pienses que por utilizar el amarillo tu hogar va a parecer un “pollito”, porque la idea es tomar la gama de colores que pertenecen a este tono y realizar combinaciones.  En cuanto al violeta, durante mucho tiempo se lo consideró un color difícil de combinar, oscuro, elegante y frío. Es la unión entre dos colores con personalidades opuestas: rojo y azul, siendo asociado durante mucho tiempo al misticismo. Con estas características de ambas tonalidades, puede decirse que al unir sus cualidades tan distintas se crean grandes contrastes, que lucen equilibrados con el uso de tonos neutros.

¿Qué es un esquema de contraste? La combinación de colores complementarios. Este es uno de los casos, y se vuelve una mixtura viva para todo tipo de ambientes, pero que hay que aplicar con cuidado. En el espacio elegido se genera un marcado contraste, pero es necesario que un color siempre se encuentre “subordinado” por el otro en cuanto a proporciones. Además, debés contar con la presencia de una tonalidad neutra, como el blanco, para armonizar el conjunto.

Dado que los violetas son variados, así como las amarillos, las posibilidades de combinarlos son numerosas. En ocasiones, por ejemplo, los colores se utilizan sólo en sus tonos pasteles o suaves, disminuyendo el contraste notablemente y creando un ambiente mucho más apacible y delicado.

En el caso de una habitación donde las paredes, el techo y el suelo sean de un color neutro o natural, es ideal decorarla con detalles de colores complementarios en dosis pequeñas. Ambos colores, violeta y amarillo, pueden utilizarse perfectamente en esa situación.